Cuidar y querer a tus mascotas no significa tratarlas como personas, ¿sabías que al humanizarlos afectamos su naturaleza en lugar de hacerlos felices?

Aunque el perfil de quienes son más propensos a humanizar a los animales no esté bien definido (pueden ser jóvenes, maduros, solteros, casados, etcétera), en general, los expertos coinciden en que tratar a las mascotas como iguales pretende ser un paso evolutivo en el que se coloca al animal en un lugar importante como el de los humanos. Sin embargo, tratar a los animales como personas es una tendencia muy controversial, porque para los especialistas en comportamiento animal la humanización en realidad es una nueva forma de maltrato que implica:

  • Alterar el comportamiento natural del animal: les creamos necesidades e incentivamos costumbres que no son propias de su especie y algunas que -como los cumpleaños y otras festividades- no comprenden.
  • Eliminar sus instintos, incluido el de supervivencia. Al sobreprotegerlo, damos pie a que se vuelvan inseguros y dependientes; hasta causarles episodios de estrés o depresión.
  • Crearles frustración y confusión. A la larga se le está enviando un doble mensaje, por un lado al mantenerlo excesivamente cómodo se le está diciendo que es el alfa de la manada, pero cuando haga falta reprenderlo, no entenderá qué hizo mal. Por algo esa jerarquía deja de ser clara, lo cual puede reflejarse en problemas de comportamiento.

¿CUÁL ES EL TRATO IDEAL PARA MI MASCOTA?

Nuestra recomendación para no caer en extremos es dar a las mascotas ese lugar tan importante en nuestra familia, el cual les corresponde desde su origen, con normas, rutinas, educación y cariño, pero siempre respetando su naturaleza. Aunque es cierto que tienen emociones, pensamientos y la capacidad de sentir afecto, no son personas. Recordemos a Elvira, de los Looney Tunes, que asfixiaba a los animales con su amor.

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