Tener una perrita o gatita como compañera no tiene por qué ser un problema, la principal diferencia con ls machos es el celo, un proceso natural en los animales que provoca algunos cambios hormonales. Si tu perra o gata no está esterilizada, te decimos qué hacer.
En algunas cosas, como ser juguetones y cariñosos con sus dueños, tanto machos como hembras, gatos y perros, son similares; sin embargo, hay algo en lo que sí son diferentes según su género: el celo. Se trata del periodo en que ocurre la ovulación, y su único propósito es reproducirse, así que tus mascotas intentarán lograrlo por todos los medios posibles. Por esta razón, y sin ser alarmista, te recomendamos tener precaución, en especial si tienes perras y gatas, pues en un descuido podrían escapar de casa en busca de una pareja. Siempre que tu mascota esté esterilizada, no tendrás este problema.
CANINAS
De acuerdo con los especialistas, el primer celo ocurre durante los primeros seis y ocho meses de vida, aunque depende de la raza. En promedio, duran tres semanas y pueden presentarlos hasta su vejez. Los únicos síntomas son genitales inflamados que se lamen constantemente, y pérdida de sangre (por lo general sólo unas gotas); también orinarán con mayor frecuencia para marcar el lugar e indicar que están en celo. También notarás que en este periodo tu compañera estará cansada y hambrienta, incluso más juguetona y cariñosa; además, cuando salgan de paseo buscará a los machos, y ellos la buscarán a ella por instinto con la intención de reproducirse, por eso debes estar atento y no dejarlos solos.
FELINAS
Es posible que las gatas tengan varios ciclos de celo al año. El primero puede ser entre los seis y nueve meses, pero dependerá de la raza y de la alimentación. Durante el celo serán mucho más cariñosas con sus dueños y permitirán más caricias, pero la otra cara de la moneda es que serán mucho más ruidosas. Ellas maúllan con más ahínco porque desean ser escuchadas por los machos, también pueden orinar con más frecuencia (incluido un alto contenido de feromonas y olor a amoniaco) para marcar su territorio para llamarlos. Otras también tienen menos apetito que el común. Sin embargo, al contrario de las perras, las gatas no sangran. En algunas gatas la ovulación ocurre al momento del apareamiento, y el celo se divide en varias fases que pueden alargarse más si por ejemplo no ocurre esa ovulación o si no resulta preñada, por eso los celos pueden ser continuos a lo largo del año.
¿QUÉ HACER?
El celo en realidad no es una molestia, sólo necesitas tener cuidado para evitar sorpresas o esterilizar a tiempo a tu mascota si no planeas que tenga cachorros.