Aunque los perros y gatos han convivido con humanos mucho tiempo, no hablan como nosotros, pero sí se comunican a su manera. Descubre qué quieren decirte.
Una buena comunicación con nuestras mascotas no significa querer que siempre sigan nuestras instrucciones, sino entender sus señales para saber qué quieren decirnos. Quienes conviven sólo con perros o sólo con gatos, pueden estar acostumbrados a su manera de expresarse y creer que funciona igual con cualquier mascota, sin pensar en que cada una tiene un vasto sistema de gestos, posturas, sonidos y olores que se traducen de mil maneras diferentes según la especie.
ESTOY CONTENTO Y SOY AMIGABLE
En un perro es más fácil saber cuándo está feliz pues te lo demuestra con su cola y todo su cuerpo; asimismo, un gato te lo dirá al caminar con la cola completamente erguida, o al sentarse y seguir moviéndola apaciblemente mientras parpadea o entrecierra los ojos.


ERES MÍO Y SOY TUYO
Cuando quieran demostrarte lo importante que eres para ellos, un gato frotará todo su cuerpo o los lados de su cara, mientras que un perro te mostrará que acepta una jerarquía menor ante ti tirándose al piso para que puedas rascar su panza.
TE QUIERO
Qué bello es un perro que salta, mueve la cola y gira a tu alrededor cuando llegas, pero un gato no hará eso, él caminará a tu alrededor o junto a ti con la cola levantada, incluso, puede que maúlle suavemente para llamar tu atención. Eso sí, si un perro te lame o un gato frota su frente o nariz contra ti, dicen “te quiero”.


DAME MI ESPACIO
Si ves a tu gato aislado en un rincón de la casa, quiere un momento a solas. En cambio, con la postura del perro para pedir espacio, podrías pensar que está triste y correrías a abrazarlo, pero en realidad sólo pide un momento de tranquilidad.
TENGO MIEDO Y PUEDO ATACAR
En esto son muy parecidos. Un perro o gato que no sean sumisos adoptarán una postura amenazante para indicar que, si se les molesta más, no dudarán en atacar. El gato se encorva y eriza el pelo para parecer más grande, mientras que el perro demostrará que es dominante manteniéndose con el cuerpo erguido, la cola levantada y erizada, pero si no quiere parecer dominante, permanecerá agachado con su cuerpo tenso y estará listo para atacar si se le provoca.

Te puede interesar Tu mascota no es una persona