¿Quién dijo que los niños no saben, no entienden o no pueden? Soltarlos un poco podría ser la clave para que en el futuro tengan la seguridad de que es posible lograr lo que se propongan.

Entre padres y maestros, hay opiniones divididas sobre si los niños pueden ser autosuficientes. Por un lado, están quienes piensan que es necesario fomentar su independencia, pues de adultos estarán más preparados para enfrentarse al mundo, y por otro lado, están quienes opinan que ésta conlleva desapego y que los padres se vuelven despreocupados por liberarse de un poco de trabajo.

¿Por qué sería bueno o no hacerlos independientes y, por lo tanto, autosuficientes? Algunos pedagogos coinciden en que la independencia no implica que haya falta de cariño o de atención de los padres, sino todo lo contrario; lograrla es un trabajo conjunto entre padre e hijo que estrecha aún más los lazos. Además, fomentarla ayuda a afianzar la autoestima de los niños porque cuando sienten que pueden hacer las cosas por sí mismos o tomar decisiones, se fortalece su seguridad, asimismo se les enseña que deben hacerse responsables de esos actos y decisiones.

Imagínate esta escena: un niño de seis años se prepara una cena ligera y alista sus útiles, mientras papá o mamá terminan otros pendientes justo antes de sentarse a cenar juntos. ¿Crees que el niño corra peligro?, ¿que esté en abandono o no conviva lo suficiente con sus padres? El primer lugar donde los niños deben aprender a ser responsables es en su casa, para de ahí partir a otros ambientes.

PRIMERO LA RUTINA

Asignando responsabilidades en casa, de acuerdo con su edad, pueden darse cuenta de que no dependen de un adulto que haga todo, por lo tanto, comenzarán a resolver problemas cotidianos sencillos; además de la independencia, con actividades diarias trabajarán la coordinación, concentración y orden, lo cual les da una prepa- ración indirecta para otras áreas de aprendizaje.

Para guiarlo, existe una tabla de actividades que puede estar listo para desarrollar según su edad. Recuerda que estas tareas en la casa son el primer paso para soltarlos a tomar sus decisiones y aprender de sus errores, así ellos pondrán en la balanza “¿puedo no hacer esto?, ¿tendría más deberes para después?, ¿lo tomo o lo dejo?”.

MÁS ALLÁ DE LA CASA

Es cierto que este tipo de rutinas en el hogar fomentan que los niños se interesen en mantener su entorno agradable y se vuelven conscientes de que son responsables de sí mismos, así como de sus elecciones, pero ¿qué pasa cuando se aplica la idea de la independencia o autosuficiencia a otras áreas?

Hace unos meses, se difundió una investigación realizada por Global Consumer Insights de Viacom, Kids of the World, en la que se encontró que los niños de hoy se creen (y son) capaces de lograr cualquier cosa que se propongan si trabajan para ello. ¿Por qué? El secreto está en la convivencia familiar pues es ahí donde descubren diferentes perspectivas del mundo que los rodea e inspiración para lograr lo que se propongan. Además, en el estudio, 70% de los niños entre los seis y 11 años de edad mencionó que “pasar tiempo con la familia” es una de las cinco cosas que los hace sentir más felices.

La tarea de los padres y de los adultos que convivan con los niños es empoderarlos. Impulsarlos hacia un mejor futuro, construido por ellos mismos. Dejar de pensar que son observadores y facilitarles un aprendizaje basado en una vida activa, pues las experiencias son las que dejarán esas semillas que germinarán en una vocación.

Pequeños héroes

Preguntaron “¿si tuvieras poderes, cuáles problemas globales resolverías?” a 6 mil niños de seis a 11 años de 30 países diferentes

Fuente: Kids of the World. Global Consumer Insights.
Nota: Los porcentajes reflejan más de una opción de respuestas, por lo que no suman 100 %.

MOLDEARÁN SU FUTURO

La apuesta por cultivar la autosuficiencia en los niños ha originado programas de emprendimiento para niños, en los que les enseñan a utilizar su curiosidad, imaginación y creatividad para resolver problemas que inspiren sus proyectos cuando sean adultos.

Pero el motor más importante, así lo sustenta el estudio, es la familia, pues ahí es donde deben aprender que no dependerán de un adulto para siempre y que si persiguen (y trabajan) sus sueños, pueden hacer que se conviertan en realidad.

TÚ ERES SU GUÍA

Para que ellos adquieran hábitos y responsabilidades, deben aprenderlo de ti, y cuanto antes mejor. De los cero hasta los seis años, su mente es una esponja, y lo que aprendan lo incorporarán para toda la vida.