¡Celebramos la felicidad!

Este mes ser feliz es uno de los temas principales, porque festejamos el Día Mundial de la Felicidad. Y para que conozcas más, te contamos cómo surgió esta celebración:

Una celebración nueva, pero con mucha historia
En 2013, el Rey de Bután, un país en el sur de Asia, compartió con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la filosofía que aplicaban en su reino desde hace más de 40 años; la medición del éxito de su gobierno con la felicidad como principal indicador, bautizada bajo el concepto inventando de Felicidad Nacional Bruta (FNB). Así fue que la ONU declaró el 20 de marzo como la fecha para concientizarnos sobre la importancia de la felicidad, el respeto y la inclusión como parte del desarrollo y bienestar de todas las personas.

Se estableció que esta Felicidad Nacional Bruta se midiera bajo los siguientes parámetros: Bienestar psicológico, uso del tiempo, vitalidad de la comunidad, cultura, salud, educación, diversidad medioambiental, nivel de vida y gobierno.

México, uno de los más felices.
Existen asociaciones que hacen su medición con parámetros más tangibles y comparables entre todas las naciones y tomando en cuenta la relación que existe entre los seres humanos y la ecología; un ejemplo de ellas es el Índice de Felicidad del Planeta o HPI (Happy Planet Index, en inglés).

¿Cómo se calcula?
Multiplicando el bienestar, la expectativa de vida y la equidad de resultados, y luego dividiendo por la huella ambiental que cuesta mantener estos tres factores.

México se considera el segundo país más feliz del mundo, con un índice de 40.7 (empatado con Colombia), sólo por debajo de Costa Rica, quien tiene 44.7. La economía o riqueza monetaria de un país no juega un rol determinante en esta medición, ya que se enfoca más en cómo los habitantes de un país pueden usar los recursos naturales responsablemente para alcanzar una vida larga y feliz.

Ser el segundo país más feliz del mundo bajo estos parámetros es un buen pretexto para reflexionar sobre los elementos que impactan en nuestro estado emocional, considerando que tenemos un país lleno de recursos naturales que son un verdadero tesoro y los sistemas e instituciones adecuados para poder gozar de una buena salud.

Además, vale la pena reflexionar sobre qué hacer para llegar al primer lugar.

La felicidad como una ciencia
Existen diversos autores que han hecho un esfuerzo por trabajar en una disciplina científica con el objetivo de la búsqueda de la felicidad. De aquí nació el concepto de “Psicología Positiva”.

De acuerdo al psicólogo norteamericano Martin Seligman, uno de los pioneros de esta disciplina, la Psicología Positiva es el estudio científico del funcionamiento humano positivo y el florecimiento en múltiples niveles que incluyen las dimensiones biológica, personal, relacional, institucional, cultural y global de vida.

 Otro autor importante es el israelí Tal Ben Shahar, quien publicó en el 2010 el libro “Felicidad: Por qué no serás feliz hasta que dejes de perseguir la perfección”, en el que menciona que la verdadera felicidad consiste en apreciar el mundo tal y como es, siendo capaces de sacar lo mejor de cada situación. Las metas específicas (como un aumento de sueldo) puede darte alegría, pero no necesariamente lleva a la felicidad.

Felicidad personal: una prioridad en esta nueva década
La búsqueda de la felicidad y la paz mental es un tema prioritario y, sobre todo, personal.

La reflexión más importante para este Día Mundial de la Felicidad es que siempre es buen momento para empezar a buscarla.

HÁBITOS QUE AYUDAN A REFORZAR LA FELICIDAD:

  • Aprender a fallar y aprender de los errores.
  • Apreciar las cosas buenas de la vida y celebrar los méritos propios.
  • Menos multitasking y más enfoque.
  • Darle espacio y tiempo al ocio y las relaciones interpersonales.
  • Aprender a manejar el estrés, ya que éste es inevitable.