Algo más que ayudar a los demás

Más que el hecho de ayudar a los demás, es un sentimiento de unidad que nos inspira a compartir y a aplicar a los demás lo que creemos es bueno para uno mismo.

No es casualidad que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) haya establecido el Día Internacional de la Solidaridad Humana muy cerca de la Navidad, el 20 de diciembre. La definió en 2005 en estas fechas para reflexionar sobre la importancia de construir sociedades incluyentes, equitativas y justas; equilibrar las relaciones internacionales en el siglo XXI, y erradicar la pobreza.

Este día contribuye además al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible hacia el año 2030. 

Y es que, vivir en sociedad implica solidaridad, ese valor por excelencia que consiste en apoyar o adherirse circunstancialmente a una causa o al interés de otros, sobre todo en situaciones difíciles, el cual ayuda psicológicamente tanto a los beneficiados como a quienes la practican.


Beneficios de ser solidario:

Aumenta la empatía y la positividad. 
Es un factor vital para mantener el equilibrio emocional.

Mejora la autoestima, permitiendo construir una imagen positiva de uno mismo:
prosocial, generosa y empática.

Favorece la integración social y la socialización.
Nos hace ser útiles y bondadosos, lo cual es gratificante y positivo.

Contribuye a reducir el miedo, el estrés y la ansiedad porque el foco de atención se mantiene en las necesidades de otras personas y permite tener una sensación de control.

Propicia el reconocimiento por el trabajo realizado.
Refuerza nuestra sensación de autoeficacia.

Aporta seguridad y favorece la cohesión del grupo, transmitiendo la sensación de salir juntos de las dificultades.

¿Sabías que…?

Casi es proverbial decir que el mexicano es solidario en situaciones difíciles, y para muestra, el apoyo demostrado en los terremotos de 1985 y 2017. Según la Encuesta Nacional de Cultura Cívica, realizada en 2020, 82% de los mexicanos de 15 años o más han realizado una acción altruista o solidaria.