5 verdades sobre el cuidado del cabello
Rompemos 5 de los mitos más usuales sobre el cuidado del cabello y te damos tipos para mantenerlo limpio y brillante.
Seguramente has escuchado alguna de estas recomendaciones, pero queremos contarte la verdad sobre ellas:
- 100 cepilladas al día y tendrás un cabello sano. Todas las mamás y las abuelitas nos lo recomendaron, porque sólo así iba a estar sedoso y tener brillo, pero la verdad es que cepillarlo tanto provoca que el cabello se rompa
- No uses un cepillo en tu cabello mojado. Es cierto que cepillarlo mojado puede romper el cabello pero ya hay cepillos específicamente diseñados para el cabello húmedo
- Corta frecuentemente tu cabello para que crezca más rápido. La realidad es que los cortes no tienen nada que ver con el crecimiento del cabello, es una cuestión de nutrición y genética.
- Puedes solucionar puntas abiertas y orzuela con shampoos y acondicionadores. Falso. El único remedio es cortarlas.
- Si tienes el cabello grasoso, no debes usar acondicionador. Lo cierto es que también el cuero cabelludo, aunque sea graso, necesita el acondicionador
Si quieres un cabello limpio y saludable, aquí están las cinco verdades que te ayudarán a conseguirlo.
- Lava el cabello grasoso más seguido. Si tu cabello es más grasoso, necesitas lavarlo una vez al día. En caso de que tenga un tratamiento químico, intercala los días de lavado; conforme envejeces, el pelo se vuelve más seco, por lo que también puedes espaciar los lavados.
- Concentra el shampoo en el cuero cabelludo. Si te dedicas a tallar el cabello, crearás más frizz.
- Acondiciona las puntas cada vez que laves el cabello. A menos de que uses un shampoo dos en uno, pues está comprobado que mejora el brillo, disminuye la electricidad estática y lo protege contra los rayos UV.
- Busca un shampoo y un acondicionador para tu tipo de cabello y sus necesidades específicas. Por ejemplo, si usas tinte, debes ayudarlo con fórmulas diseñadas especialmente para reducir el daño.
- Siempre protege tu cabello cuando vayas a nadar. Usa una gorra y busca productos diseñados para protegerlo del sol y reparar el daño causado por el cloro.
Fuente: Academia Americana de Dermatología: www.aad.org