Saber los kilos que has perdido o aumentado está bien, pero sólo conociendo cómo es tu metabolismo o cómo andan tus niveles de colesterol podrás mantenerte saludable.
Si estás cuidando tu peso, es probable que cuentes ya con una báscula para monitorear si has subido de peso, o has logrado deshacerte de algunos kilos. Pero existen aparatos que te brindan información mucho más completa, con la que puedes saber la composición real de tu cuerpo y por lo tanto, adoptar los hábitos que te ayuden a llegar tu objetivo de manera integral pues te entegran mediciones de:
- Índice de masa muscular (IMC): examina tu proporción peso/altura para que alcances tu peso ideal.
- Metabolismo basal: nivel mínimo de calorías que necesitas para mantener tus funciones corporales diarias.
- Músculo esquelético: es el conjunto de músculos unidos al esqueleto, e incrementándolo es posible quemar más calorías y minimizas el llamado efecto rebote.
- Grasa corporal: ésta se acumula en el cuerpo como reserva energética, y es necesaria para tener un cuerpo equilibrado; la balanza también te notifica en caso de que tu nivel sea elevado o bajo.
- Grasa visceral: se encuentra cubriendo nuestros órganos vitales, y al monitorearla reducimos el riesgo de niveles altos de colesterol, problemas cardiacos y diabetes tipo 2.
- Edad corporal: esta información se logra calculando el peso, grasa corporal y músculo esquelético. Y así la puedes comparar con tu edad real.
Sin embargo, debes saber que para que las mediciones sean correctas, debes hacerlas en el momento ideal (esto aplica para todo tipo de básculas), es decir, antes de cualquier comida o dos horas después de ingerir los alimentos; también puedes tener resultados erróneos si te pesas inmediatamente después de bañarte o salir de un sauna, o beber alcohol o mucha agua, esto porque el contenido de agua en tu cuerpo estaría alterado.
Y después de conocer tu composición corporal…
