Niños, ¡hagan un huerto en casa!
Esta es una actividad que puedes compartir con los niños para pasar tiempo de calidad y aprender juntos el ciclo de la vida.
A ellos les emociona trabajar en el huerto casero, por muy pequeño que sea, porque les llena de satisfacción ver germinar una semilla, observar cómo va creciendo y –si dan frutos– comer de lo que ellos cultivaron.
Para iniciarlos utiliza semillas de plantas que se desarrollen rápido, como los girasoles; emplea recipientes de reuso, como garrafones o botellas de refresco, pero píntalas con colores alegres y decóralas con diseños divertidos.
Recuerda que van a trabajar con tierra, así que procura ponerles ropa cómoda y protegerla con alguna bata para jardinería. Elaboren una bitácora de riego y documenten con fotografías los resultados de cada semana.
La horticultura y la jardinería les enseña a disfrutar el contacto con la naturaleza, el respeto al medio ambiente y la importancia de los alimentos saludables; además aprenden a ser responsables y refuerzan su seguridad y autoestima.
¡CUIDADO! Hay vida en tu huerto
Debajo de la tierra hay organismos vivos que se encargan de remover y fertilizar la tierra, por ejemplo, las lombrices construyen galeras por donde circula el aire y el agua; por eso es muy importante que no pises el jardín donde siembras ni remuevas la tierra de las macetas.
Ahora sí, después de estos tips para incluir a los niños en tu proyecto, te decimos cómo puedes empezar tu huerto casero.