Cambia tu colchón

Para tener un sueño de calidad la clave es un buen colchón, por lo que te damos unos tips que debes tomar en cuenta al elegirlo.

Dormir es una función necesaria para todos. Para un ambiente adecuado para hacerlo bien, lo primero que debes revisar es que la cama se ajuste a tus necesidades físicas, por lo que debes considerar tanto los materiales de fabricación como el número de personas que van a ocuparla, su peso y las posturas que prefieren para dormir.

1. RECUBRIMIENTO TEXTIL
Las telas que los cubren están hechas con fibras de algodón y poliéster. Las primeras se recomiendan para climas templados y calurosos; las segundas, para entornos húmedos y fríos. Pregunta si la tela es hipoalergénica o si se ha intervenido con tratamientos antiácaros, podría ser útil si sufres de afecciones respiratorias.

2. ACOLCHADO
Que la cama conserve la calidad de rebote depende del número, grosor y calidad de las placas de espuma. Algunas marcas manejan aloe vera, bambú o soja en su acolchado, pero ten en cuenta que los integran sólo como materiales complementarios, ya que las espumas con las que se fabrican son de poliuretano o látex.

3. SOPORTE
Según la forma y el número de resortes en la base, es la rigidez que te va a brindar un colchón. Resortes Bonnell (tipo reloj de arena) para colchones suaves; resortes Offset (cilíndricos con cabezas cuadradas), para los de firmeza media. Y resortes enfundados de forma individual te garantizan la estabilidad y distribución del peso al dormir, así como la durabilidad del producto.

¿FIRME O SUAVE?
La firmeza debe corresponder al tamaño y peso de la persona. A mayor peso se ocupará mayor rigidez, a menor peso como personas delgadas y niños ocuparán soportes suaves o semifirmes. Sin embargo, la tecnología ha hecho posible que exista una completa gama de opciones que combinan firmeza y suavidad en el mismo producto.
Para verificar la estabilidad y comodidad acuéstate de espaldas con las piernas extendidas, de costado y en tu posición preferida para dormir.

ALMOHADAS SÍ
No las descartes por no saber usarlas. El doctor Alex Flores Rioja, neurólogo y acupunturista chileno, nos enseña a acomodarlas para relajar la columna vertebral por la noche.

SI DUERMES BOCA ARRIBA. La almohada debe dar soporte al cuello, por lo que la nuca también debe quedar apoyada en ella. Para alinear mejor la columna, coloca una almohada firme debajo de las rodillas, dirige ligeramente las puntas de los pies hacia afuera y lleva las manos debajo del ombligo.

SI DUERMES DE COSTADO. Descansa la cabeza en una almohada semifirme y revisa que el cuello también tenga soporte; flexiona las rodillas y coloca otra de igual densidad entre ellas. Por último, apoya el hombro superior en una almohada firme para liberar presión del brazo que queda abajo.

SI DUEMRES BOCA ABAJO. Esta posición aumenta la curva lumbar, causa presión en la espalda baja y tensa los músculos y nervios del cuello. Por lo tanto, es una posición que no se recomienda para dormir ni con almohadas.

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