Otras dudas que surgen: ¿Pelar las frutas o comerlas con cáscara? ¿Dejarlas listas para después? ¿Mezclarlas todas en un jugo o cocerlas y reservarlas para la semana? Aunque la recomendación general es comer frutas y vegetales frescos y crudos, porque algunos nutrientes son sensibles a la temperatura, hay casos en que no se ven afectados por el calor o que adquieren otros beneficios al estar cocidos, como el jitomate, que al cocinarlo durante dos minutos disminuye 10 % su contenido de vitamina C, pero si se cuece por más tiempo ayuda a que nuestro cuerpo absorba mejor su licopeno (antioxidante). Por eso es importante que comencemos a ocuparnos en conocer los nutrientes y beneficios de todo lo que comemos, además de seguir estos consejos a la hora de prepararlos:

  1. Cuece las verduras en poca agua o prepáralas al vapor o asadas para evitar la pérdida de vitaminas solubles en agua como la B y la C.
  2. Si las hierves, utiliza el agua donde lo hiciste para elaborar otras preparaciones y aprovechar las vitaminas que quedan en ella.
  3. Saca la fruta del refrigerador o congelador un rato antes de comerla, de este modo disfrutarás al máximo de su sabor, textura y aroma.
  4. Pica y pela las verduras justo antes de cocinarlas o comerlas.
  5. Evita exponerlas a la luz, el calor, el oxígeno o a un remojo por mucho tiempo pues podrían reducir sus vitaminas y minerales.

¿SIN TIEMPO PARA PREPARARLA EN LA MAÑANA?

Un estudio realizado en España por el Centro de Edafología y Biología Aplicada (CBAS-CSIC) reveló que los nutrientes en las frutas cortadas disminuyen sólo de 15 a 25 % después de seis días. Cortaron en dos: melones, kiwis, mangos, piñas, fresas y sandías, dejando las mitades a 5 ºC (una cortada, lavada en agua clorada, secada, empaquetada y refrigerada, y la otra sin tocar). Aunque la mayor parte de la fruta no parecía tan apetitosa luego de seis días (excepto el mango y la sandía), el corte no produjo efectos importantes sobre el contenido principal de antioxidantes. O sea que sí puedes cortar tu fruta el domingo, guardarla en bolsas, recipientes herméticos o envueltas en papel film, dentro del refrigerador, y disfrutarla a lo largo de la semana sin perder nutrientes.