¿Por qué elegir cerveza de barril?
Despeja tus dudas sobre la cerveza de barril. Conoce qué las distingue de las embotelladas, por qué los expertos la prefieren y cómo servirla.
La cerveza de barril es la preferida de muchos amantes de esta bebida, porque su envasado evita los problemas de oxidación que produce la luz en las cervezas embotelladas (más en las botellas claras), y porque la presión que contiene el barril provoca que la capa de espuma sea densa, lo cual protege su sabor y olor. Al tomarla, la sentirás más fresca y con más cuerpo.
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El problema con la cerveza de barril era que que sólo podías encontrarla en presentaciones de 30 L o más, y que se necesita un dispensador (bastante costoso) o en su defecto una bomba para extraer la cerveza. Pero afortunadamente hoy ya puedes encontrar presentaciones de sólo 5 L, sin el problema del dispensador y con todos las ventajas de la cerveza de barril. Además:
- Si no se acaba la cerveza, tienes 30 días para terminarla; en cambio, las embotelladas deben ser consumidas después de abrirlas y ya no las puedes almacenar.
- No generas basura de vasos desechables si la sirves en tus tarros o vasos favoritos.
ALGUNOS CONSEJOS
ANTES DE SERVIRLA…
En el caso de los barriles de 5 L, debes meterlo al refri 10 horas antes de abrir, para que repose la cerveza y baje su temperatura, de lo contrario al servir saldrá mucha espuma. Para los barriles grandes (30 L) se recomienda no moverlos desde un día antes, y que repose en una tina con hielos al menos ocho horas antes de consumir.
Considera que en los primeros vasos que sirvas saldrá principalmente espuma, pues es necesario que se libere el dióxido de carbono (CO²). Después, si se reposó y se enfrío correctamente, comenzará a caer la cerveza.
CÓMO SERVIRLA…
Cualquiera pensaría que verter un líquido no requiere de mucha habilidad, pero nada más falso, incluso en el gremio existen competencias para servir cerveza de barril. Sigue esta técnica:
1. No es necesario tener el vaso en el congelador, pero sí es importante que esté muy limpio. Moja el interior con agua fría y escurre el exceso de agua.
2. Inclina el vaso 45 grados y pega el borde a la boquilla del barril. Enderézalo conforme el líquido se acerque a la boca del vaso. Cuando esté a 75% de su capacidad, deja de inclinarlo para que permanezca completamente vertical y se genere espuma. Los especialistas aconsejan dejar al menos dos o tres centímetros de espuma. Usa dos dedos para calcular esta medida (índice y medio).
3. Corte de espuma. Si la espuma se desborda, quita el exceso con un cortador de espuma (o con el lomo de un cuchillo). Esto elimina las burbujas grandes y evita la oxidación. Pásalo por el borde en un ángulo de 45%.
¡Salud!
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